Alimento Diario - 14 de Abril
La primera predicción
Jesús y sus discípulos salieron hacia las aldeas de Cesarea de Filipo. En el camino les preguntó: — ¿Quién dice la gente que soy yo? —Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los profetas —contestaron. —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —Tú eres el Cristo —afirmó Pedro. Jesús les ordenó que no hablaran a nadie acerca de él. Luego comenzó a enseñarles: —El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite. Habló de esto con toda claridad. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. Pero Jesús se dio la vuelta, miró a sus discípulos, y reprendió a Pedro. — ¡Aléjate de mí, Satanás! —le dijo—. Tú no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres. Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. —Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga. Marcos 8:27-34
Los discípulos habían visto a Jesús hacer muchos milagros, y lo habían escuchado enseñar acerca del pecado, la gracia, el arrepentimiento, y la fe. Jesús les preguntó: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” (Mateo 16:13). Después de recibir varias respuestas, volvió a preguntar: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Jesús se alegró con la respuesta de Pedro.
Había llegado el momento en que Jesús iba a decirles lo que iba a suceder: que iba a sufrir, que iba a morir, y que iba a resucitar. Al oír esto, ‘Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo’. Esta vez, el Señor no estuvo para nada contento con la respuesta de Pedro. Pedro sabía que Jesús era el Mesías, pero aún así no entendía lo que eso significaba para Jesús y para todos nosotros.
¿Qué le dicen las siguientes palabras acerca de lo que significa apropiarse de Jesús como Salvador?
¡Bendito el hombre que gozoso fiel se somete a su Señor!
En día aciago o venturoso constante gozará favor.
Quien firme en Dios así confió, sobre la roca edificó.
Ve, pues, y gócese tu alma en la esperanza y en la fe;
Sufre tribulación con calma; en oración constante sé.
Pues quien confía en el Señor disfrutará de su favor.
ORACIÓN: Señor Jesús, ayúdanos a no preocuparnos por ganar el mundo, sino por cuidar nuestra alma. Amén.
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