Alimento Diario - 19 de Noviembre
Cristo, mi guardián
Por lo tanto, no se angustien por el mañana... Mateo 6:34
Todos queremos sentirnos protegidos y seguros, y todos tenemos la capacidad de amar y de cuidar a los demás, pero no siempre lo hacemos.
Vivimos angustiados por el peso de las preocupaciones y tensiones diarias. Nuestras ansiedades nos consumen, y ninguna pastilla, tableta o inyección, logra remediar nuestras penas.
Dado que nuestras preocupaciones y ansiedades están conectadas a nuestras mentes y corazones, sólo quien conoce nuestra mente y corazón puede curar nuestras penas.
En nuestra vida espiritual, los sufrimientos pueden hacernos dudar del amor de Dios y la protección que él promete darnos. Nuestras ansiedades pueden incluso debilitar nuestra fe y nuestro deseo de confiar en Dios.
¿Qué hacer? Jesucristo nos dice: "no se angustien por el mañana." Estas palabras nos urgen a tener confianza en su amor. No sabemos lo que el futuro traerá. Sólo Dios lo sabe. Es por ello que él nos invita a ocuparnos sólo del hoy.
No nos preocupemos por comida, vestimenta, o casa, porque Dios conoce nuestras necesidades y él las proveerá. El apóstol Pablo lo explica muy bien: "No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias." (Filipenses 4:6)
ORACIÓN: Padre celestial, líbranos de nuestras preocupaciones y temores, y concédenos el consuelo de tu Espíritu Santo. En el nombre de tu Hijo Jesucristo. Amén.
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