Alimento Diario - 2 de Junio
Necesidades básicas
No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Filipenses 4:11
Brianna Karp de 23 años de edad fue una víctima de la recesión del 2008.
Cuando perdió su trabajo, Brianna empezó a privarse de las cosas “extras” de la vida, las cosas que realmente no necesitaba. Así es que se deshizo de muebles, un piano, libros, y muchas cosas más.
Al año de unirse al grupo de los desempleados, se encontró a sí misma viviendo sin electricidad, sin ducharse regularmente, sin comida casera, y sin comodidades básicas.
Pero había una cosa a la que Briana se negaba a renunciar… su laptop.
Aprovechando el Internet gratis de un café, ella la utilizaba para buscar trabajo, se mantenía en contacto con sus amigos, y comenzó a escribir un diario sobre su vida sin tantas “cosas materiales”.
Supongo que tiene lógica, aunque aún así, su elección de una computadora como necesidad básica me parece algo extraña. Me recuerda lo que dijo Will Rogers: “Los Estados Unidos es el único país donde la gente pobre tiene auto”.
La historia de Brianna me hace preguntar: ‘¿Cuáles son mis necesidades básicas? ¿De qué cosas puedo prescindir, y de qué cosas no puedo prescindir?’
Me imagino que la respuesta a estas preguntas es diferente para la mayoría de nosotros, pues lo que es de valor para uno no lo es necesariamente para otro.
Es muy posible que las palabras de San Pablo nos den una pista de qué es lo que deberíamos tener en nuestra lista. Si una persona puede estar contenta en toda circunstancia, probablemente tiene sus prioridades en orden. ¿Qué es lo que San Pablo tiene que lo habilita a hacer semejante afirmación?
El versículo 13 nos da la respuesta. Él escribió: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Cristo, entonces, es la respuesta. Jesús es único necesario. Él es el único que puede ayudarnos en tiempos difíciles, el único que da sentido y razón a nuestra vida.
Pero la razón más importante es que Jesús es el único que salva nuestras almas del pecado, la muerte y el diablo, y el único que nos abre las puertas del cielo.
ORACIÓN: Señor Dios, ayúdame a recordar que la única persona de la que no puedo prescindir es Jesús. Te doy gracias por el gran regalo del perdón, la salvación y la vida eterna que me has dado en él. En su nombre. Amén.
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