Alimento Diario - 22 de Agosto
Dando vuelta las cosas
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16
Hace unos años conocí a unos padres que criaron a su hija usando psicología. Cuando era la hora de ir a la cama, le decían: "¿A quién prefieres llevar contigo a la cama, a tu muñeca o a tu osito?" Lo bueno de esta estrategia es que, cualquiera fuera la decisión que la niña tomara, siempre terminaba yéndose a la cama.
Pero sabemos que los niños aprenden rápido, y esta niña de tres años no era una excepción. A pesar de que no tenía permiso para ir afuera después de la cena, una noche le dijo a sus padres: "¿Quieren que salga por la puerta de atrás, o por la de adelante?"
Siglos atrás, el Señor Jesucristo -al igual que esa niña- dio vuelta las cosas.
Debido al pecado, la humanidad había sido condenada a la muerte eterna. Como nadie había sido capaz de alterar la secuencia de pecado y muerte, la humanidad no tenía esperanza. Pero todo eso cambió cuando llegó Jesús.
Jesús vivió su vida sin pecado, y cumplió todas las leyes. Él murió por nosotros, cargando a la cruz todos los errores que hemos cometido y habremos de cometer. Aun cuando la muerte parecía imposible de ser conquistada, Jesús la conquistó.
Al tercer día resucitó de la tumba, y ahora asegura a todo el que cree en Él que un día también va a resucitar. Por todo esto los cristianos celebramos la vida, la muerte, y la resurrección de un Salvador que ha dado vuelta las cosas.
ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por dar vuelta las cosas. Porque viviste tu vida sin pecar, porque moriste en la cruz cargando nuestros pecados, y porque conquistaste la muerte con tu resurrección, es que podemos celebrar la promesa de la vida eterna. En tu nombre. Amén.
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