Alimento Diario - 23 de Diciembre
Jesús, el Rey Eterno
Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin. Lucas 1:32-33
Cuando el ángel enviado por Dios le anunció a María que iba a concebir un hijo, también le reveló el nombre que habría de ponerle al niño. Pero no sólo eso, sino que además lo describió en forma perfecta, dando a conocer sus atributos.
Por ejemplo, dijo que el niño sería grande… y basta recordar los milagros de Jesús para reconocer su grandeza, o las palabras del soldado romano al pie de la cruz, confesando que el crucificado verdaderamente era “hijo de Dios”.
También dijo que sería rey, pero no un rey como los conocidos en su tiempo, sino uno cuyo mandato “no tendría fin”. El nuevo reino que el Mesías iba a traer habría de ser un reino de justicia (Jeremías 23:5), un reino de paz, un reino estable, y un reino universal (Zacarías 9:10).
Nada ni nadie puede quitarnos el trono de Cristo de nuestras vidas. Por medio de su advenimiento a nuestras almas, sabemos que en él tenemos todas las cosas para esta vida, y por la eternidad.
ORACIÓN: Padre celestial, te doy gracias por ser el Rey de mi vida. Te pido que vengas a reinar también en los corazones de quienes aún no te conocen y que están tan necesitados como yo de tu gracia. En el nombre de Jesús. Amén.
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