Alimento Diario - 24 de Abril
¡Jesús vive!
A ti, Señor, elevo mi clamor desde las profundidades del abismo. Escucha, Señor, mi voz. Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, sería declarado inocente? Pero en ti se halla perdón, y por eso debes ser temido. Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. Espero al Señor con toda el alma, más que los centinelas la mañana. Como esperan los centinelas la mañana, así tú, Israel, espera al Señor. Porque en él hay amor inagotable; en él hay plena redención. Él mismo redimirá a Israel de todos sus pecados.
Salmo 130
Es común que las iglesias hagan diversas actividades para ayudar a las personas a vivir la Pascua como si fuera la primera vez. Algunas, por ejemplo, celebran la Resurrección al amanecer al aire libre en el cementerio.
El salmista escribe: “Pero en ti se halla perdón, y por eso debes ser temido”. El temor en la mañana de Resurrección es un momento maravilloso de honor y respeto. Es un momento de sorprendente temor a Dios, porque nos damos cuenta que en la resurrección de nuestro Señor Jesucristo nuestros pecados son perdonados. La muerte ha sido vencida. Nuestras vidas pasan de la penumbra, muerte, y desesperanza, a la luz, alegría y esperanza de Cristo.
Busque a alguien que está experimentando la Pascua de Resurrección por primera vez, o que está renovando su fe en esta Pascua, y comparta con esa persona su celebración.
Haga que cada día sea una “pequeña Pascua de Resurrección”, agradeciéndole a Dios porque la vida eterna de Jesús es también nuestra. Él vive para siempre, y vive también en nosotros. Esa es la esperanza de gloria.
ORACIÓN: Señor Jesús, haz todas las cosas nuevas, para que podamos vivir en tu vida nueva en los días por venir. Amén.
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