Alimento Diario - 3 de Enero
Un niño de verdad
Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte -es decir, al diablo-, y librar a todos los que, por temor a la muerte, estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida. Hebreos 2:14-15
Pinocho, el juguete de madera, quiere ser un niño de verdad, un niño de carme y hueso. Pero, ¿alguna vez se preguntó por qué?
Cuando era niño pensaba que sería más divertido ser un juguete de madera si, como Pinocho, pudiera caminar, pensar, y hablar. Después de todo, si Pinocho podía caminar en el fondo del océano sin ahogarse, ¡quién sabe qué otras cosas su cuerpo de madera podría hacer que mi débil cuerpo de carne no puede!
Pero a Pinocho le faltaba una cosa. Como era un niño de madera, nunca sería parte de los que tienen carne y sangre. No sería un amigo de verdad de sus compañeros de clase, ni viviría lo que ellos vivieran. Más importante aún, nunca sería uno con su creador Geppetto.
Jesús estaba hecho de algo mejor que nuestra débil carne y sangre. El Hijo de Dios fue espíritu eterno. Divino y santo, Jesús fue separado de nosotros por la eternidad de nuestro pecado. Así como Geppetto amó a su juguete de madera, Jesús amó su creación. Pero, al contrario de Geppetto, Jesús se hizo como nosotros, carne y sangre, y cargó nuestro pecado sobre sí mismo para que nosotros nos hagamos como él, santos y perfectos.
ORACIÓN: Mi querido hermano Jesús, estabas infinitamente lejos de mí, pero te acercaste a través de tu nacimiento, vida, muerte y resurrección. Ahora ayúdame a acercarme cada vez más a ti. Amén.
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