Alimento Diario - 30 de Octubre

Quizás sí, quizás no

Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Salmo 32:7

Cuando estudiaba alemán en la escuela, tuve fue traducir el Diario de Ana Frank. En aquel entonces me concentraba más en el idioma en sí, que en el contenido del libro.

Recién años más tarde, cuando lo volví a leer, pude apreciar los profundos sentimientos y pensamientos de una joven que, junto con la mayoría de su familia, murió en un campo de concentración Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Hacía mucho tiempo que no pensaba en Ana Frank, hasta que leí un artículo que hablaba de un video transmitido en Internet en el que se mostraba a Ana de doce años de edad.

Movido por la curiosidad, decidí ver el video. Resultó ser en blanco y negro y sin sonido, donde sólo por un instante o dos apareció Ana asomándose por una ventana para poder ver la boda de una pareja que vivía en su edificio.

Debo admitir que esa visión me dejó triste, porque sabía el resto de su trágica historia. Sabía que, en el momento en que ese video estaba siendo filmado, todavía hubiera habido tiempo para que Ana y su familia escaparan de los Nazis. Pero ahora ya es muy tarde. Para ellos, el tiempo de advertencia ya vino y se fue.

Pero no es muy tarde para decirle a todos los no creyentes de este mundo que pueden escapar del holocausto que les espera si mueren sin conocer a Jesús. Aún hay tiempo para decirles que el holocausto del infierno es mucho peor que el más terrible de los campos de exterminación Nazi. Aún hay tiempo para contarles cómo Jesús dio su vida para que todos los que creen en él puedan tener vida eterna.

Pero este tiempo de advertencia no durará para siempre. A todos nos llega nuestro último día, así como le llegó a Ana Frank, cuando ya no habrá más tiempo para que nosotros hablemos, o para que ellos crean.

Razón por la cual es necesario que compartamos hoy la historia del Salvador.

ORACIÓN: Querido Señor, ayúdanos a aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan para compartir nuestra fe con los demás. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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