Alimento Diario - 8 de Noviembre
Ser yo mismo
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en est en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8
¿Ha pensado alguna vez que su vida sería más fácil si usted fuera otra persona? Si es así, quizás aprenda algo de un experimento realizado por un estudiante.
Este joven trató de averiguar cómo reaccionaría la gente si él viviera y actuara como San Francisco de Asís, uno de los más notables santos católicos. Imitando a San Francisco, este joven se dedicó a mendigar, se bañó con nieve derretida, se vistió con una túnica muy sencilla, habló con los animales, etc.
¿Cómo reaccionaron quienes lo vieron? Algunos susurraban a sus espaldas, otros llamaron a la policía, y otros lo miraban como si estuviera loco. Las reacciones fueron prácticamente las mismas que las que tuvieron los contemporáneos de San Francisco de Asís.
Con los animales tampoco tuvo suerte. "Traté de hablar con algunos pájaros," dijo el estudiante, "pero todos salieron volando".
Por ventajoso que pensemos que sería ser como alguien más, lo cierto es que no tenemos la capacidad de convertirnos en alguien diferente. Sólo podemos ser nosotros mismos, con todos nuestros pecados y defectos.
Pero esto no es ninguna sorpresa, ¿no es cierto? Lo qué quizás si pueda ser sorpresa para algunos es que, a pesar de nuestros pecados y defectos, el Señor aún nos ama y quiere salvarnos.
Para eso vino Jesús al mundo donde vivió una vida perfecta resistiendo las tentaciones que nosotros no podemos resistir, sacrificándose para que nosotros podamos ser perdonados, y resucitando de la muerte para que nosotros podamos tener vida eterna junto a Dios.
Gracias a Jesús, todos los que creemos en él descubrimos que nos hemos convertido en alguien diferente, pues en Jesús somos perdonados, regenerados, y salvos.
ORACIÓN: Querido Salvador, te doy gracias por amarme a pesar de ser pecador, y por haberte dado a ti mismo para que yo pudiera ser cambiado y salvo. Ayúdame a reflejar tu gracia a quienes aún no saben que tú los puedes transformar. En tu nombre. Amén.
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