El Rey misericordioso - Primeros15 - 14 de Diciembre
Tema de la Semana: Jesús Nuestro Rey
Qué regalo tenemos en Navidad. Dios mismo se hizo carne y habitó entre nosotros para que pudiéramos encontrar una relación eterna en él. Su venida sirve como un recordatorio continuo de su gracia y su búsqueda de nosotros, los que estamos perdidos sin él. Al mirar a Jesús esta semana para celebrar quién es él y lo que ha hecho, que puedas hallar una alegría profunda y una esperanza vivificante.
El Rey misericordioso
Pasaje Bíblico:
“Pero vayan y aprendan qué significa esto: ‘Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios’. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. Mateo 9:13
Devocional:
El ministerio de Jesús está cargado de actos de misericordia. Desde los actos de curación y perdón hasta las comidas compartidas con aquellos que no merecían su atención, su corazón se llenó de misericordia para su pueblo.
¿Alguna vez has pensado que Dios podría deleitarse en mostrarte misericordia? ¿Alguna vez has pensado que realmente podría disfrutar de entrar en tu mundo y ofrecerte aquello de lo que eres totalmente indigno? ¿Un buen padre detesta las veces que necesita intervenir y perdonar a un niño? ¿Un buen padre siempre obliga a sus hijos a seguir la línea de la perfección y ofrece solo palabras duras cuando inevitablemente fracasan?
La misma venida de Cristo fue un acto de misericordia. Cuando tratamos de encontrar una relación bajo la ley, descubrimos nuestra incapacidad para cumplir con los estándares de Dios. Cuando intentamos vivir con nuestra propia fuerza, rápidamente vemos que estamos hechos de polvo. Pero la venida de Jesús demostró una parte del corazón de Dios que aún hoy es difícil de creer. El deseo de Dios es entrar en la vida de sus hijos y ofrecer compasión y perdón donde solo hay fracaso y culpa. Su deseo es levantarnos incluso después de que hayamos hecho un desastre y consolarnos, mientras que al mismo tiempo nos permite vivir de manera diferente. Servimos a un Rey misericordioso.
El Salmo 103:2-4 dice: “Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión”. Jesús llevó una corona de espinas para que podamos ser coronados con su amor y misericordia inquebrantables. Jesús, el único que merece el amor de Dios, asumió la culpa y la vergüenza que merecíamos para que nuestras vidas pudieran estar marcadas por la compasión y la gracia.
En esta vida cometerás errores. No habrá un solo día en el que experimentes la perfección. Pero el nacimiento, la vida y la muerte de Jesús nos revelan que la vida no se trata de nuestras imperfecciones, sino del amor perfecto de Dios. La vida no se trata de nuestros fracasos o éxitos, sino del Dios que nos ama a pesar de todo.
Tómate un tiempo hoy para permitir que Dios te corone con su amor y misericordia constantes para que tu corazón pueda encontrar paz en los brazos de tu Rey misericordioso.
Guía de Oración:
1. Medita en la misericordia de Dios. Permite que la Biblia te llene de fe para recibir lo que no mereces.
“El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!”.Lamentaciones 3:22-23
“Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión”. Salmo 103:2-4
2. ¿En qué áreas de tu vida hoy necesitas una revelación de la misericordia de Dios? ¿En qué aspectos estás sintiendo frustración o culpa por tus debilidades?
3. Pídele a Dios que te revele su misericordia. Pregúntale cómo ve tus debilidades. Permite que su misericordia establezca un nuevo fundamento para tu vida para que hoy puedas vivir por gracia.
“Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos”. Hebreos 4:16
En Mateo 9:13 Jesús dice: “Pero vayan y aprendan qué significa esto: ‘Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios’”. Somos llamados a vivir como agentes de la misericordia de Dios. Una de las maneras más poderosas en que podemos reflejar el carácter de Jesús es ofreciendo misericordia a aquellos que la necesitan desesperadamente. No exijas a los demás niveles de perfección. Más bien, muestra perdón y amor a aquellos que, como tú, necesitan desesperadamente la gracia. Que hoy encuentres gozo al ser usado por Dios para traer luz y amor a otros.
Lectura Complementaria: Salmo 103
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