“Las Manos de la Duda” El “dudoso” era su sobrenombre, y será un modismo del ingles mientras que el lenguaje humano exista. Olviden que antes de su caída, el se ofreció a morir con Jesús. Olviden que después de su caída, el llevo el evangelio a la India donde, de acuerdo a nuestras mejores tradiciones, el fue mártir. Lo recordamos mas por sus dudas después de la crucifixión, y lo llamamos T.E.I. – “Tomas el Incrédulo.”
Nos identificamos con el. No es que batallemos con dudas sobre la crucifixión de Cristo. Estamos convencidos de eso. Pero ninguno confiamos mientras debemos. Todos experimentamos momentos de ansiedad cuando nos preguntamos si Cristo va a tomar cierta necesidad de nuestras vidas. Así que la Biblia nos da a Tomas, el precursor de todos los que ocasionalmente preguntamos; y su historia nos asegura la paciencia de nuestro Señor Jesús.
Tomas era melancólico, pero devoto. Cuando Cristo decidió ir a Betania contra la advertencia de sus amigos, Tomas dijo, “vamos también, para que muramos con El” (Juan 11:16). Cuando Jesús paso una noche final enseñando a sus discípulos en el Cuarto Alto, Tomas abrió con la pregunta que todos querían hacer: “Señor, no sabemos a donde vas, y como podemos saber el camino?” (Juan 14:5).
En el día de la crucifixión de nuestro Señor, aunque T.E.I. (Tomas el incrédulo) no se vio por ningún lado ni tampoco se encontró con los otros discípulos tres días después en medio de rumores y reportes de la Resurrección. Solamente podemos asumir que estaba amargado y desilusionado, sin querer volver a asociarse con los Doce.
Pero Tomas, hemos visto al Señor! Esta vivo. Se le apareció a Pedro, y a las mujeres, y a todos nosotros el domingo en la noche!
Tomas, inexpresivo, replicar: “a menos que vea en Sus manos las llagas de los clavos, y ponga mis dedos en las llagas de sus clavos, y ponga mis manos en su costado, entonces creeré” (Juan 20:25).
Sin embargo, Tomas se junto con ellos el siguiente domingo. Quizás se sentía molesto en venir, o quizá empezó a dudar de sus dudas. En cualquier estimo, fue una noche de noches, una noche para recordarse, por “Jesús entro, la puerta esta cerrada, y se paro en medio, y dij paz a ustedes! Luego de dijo a Tomas, ‘pon tus dedos aquí, y ve mis manos; y pon tu mano aquí, y ponla en mi costado. No seas incrédulo, si no cree” (versos 26-27).
Me imagino a Tomas hundirse en sus rodillas mientras que pronunciaba las cinco palabras mas importantes de su vida: “Mi Señor y mi Dios!” (Verso 28). No estoy seguro de que el Señor lo haya dejado tan rápido, de cualquier forma. Imagínense en su mente al Señor Jesús acercándose, tomándose Sus manos con llagas, quitándose Su bata, y haciendo a Tomas correr con su dedo tembloroso poniéndolo sobre sus llagas.
Podemos aprender unas cuantas cosas de las manos de un incrédulo.
Las Dudas son Normales
Primero, las dudas son normales. Imagínese, después de todo, el trauma que Tomas había experimentado. Su Salvador había sido colgado de una cruz y azotado como un animal. Tomas y sus compatriotas estaban en peligro de ser arrestados y crucificados también. Su idealismo había fracasado, su maestro había muerto, y su valor había colapsado. Ha de haber pensado, “como pude haber estado tan equivocado? Por que termino de esta forma?”
Por que? Es una pregunta muy común, aun en la Biblia. La palabra por que pasa veinte y cuatro veces en el libro de Job: “Por que no morí en mi nacimiento?” “Por que trabajo en vano?” “Por que escondiste Su cara?” “Por que me mandaste como Tu objetivo?” Por que me persigues?” (Job 3:11; 9:29; 13:24; 7:20; 19:22)
Algunas veces sentimos que no deberíamos nunca cuestionar a Dios, así como tampoco sufrir ansiedad o incertidumbre. Quizá así sea; pero si cuestionamos. Ponemos dudas y preguntado por que. He estado en la sala de emergencia con familias enfrentando la perdida de algún ser querido. He estado con pacientes que están muriendo lentamente de una enfermedad agonizante. He estado al lado de familias quienes sus casas fueron destruidas en los fuegos en California. He visto a miembros de mi iglesia sufriendo perdidas económicas. Ninguno de nosotros es inmune del Síndrome de Tomas el Incrédulo.
Elizabeth Elliot, viuda del misionero Jim Elliot quien fue muerto por los indios Auca, escribió: “he preguntado muchas veces Por que. Muchas cosas han pasado que no planee y que el raciocinio humano no puede explicar…. Nunca he dudado que El me ama, pero me he sentido algunas veces como Santa Teresa de Ávila, quien, cuando fue tirada de un coche en un dique, dijo, ‘Si esta es la forma en que Tu tratas a Tus amigos, por eso tienes tan pocos!”
Jesús es Paciente
En la fase tales dudas, Jesús es paciente. Ni siquiera regaño a Tomas, por lo menos directamente. Solamente El dijo, “Tomas, ve estas llagas. Deja que tus dedos dudosos toquen las palmas de mis manos. No dudes, mas bien cree”.
Jesús entendió, después de todo, El lloro en la cruz: “Mi Dios, Mi Dios, Por que…?” (Mateo 27:46). La duda de Tomas tuvo un tremendo resultado. Primero, Tomas tuvo una relación más cercana con Cristo como nunca antes. Segundo, aseguro a Jesús a decir unas bendiciones especiales en Juan 20:29: “Tomas porque me has visto has creído, bendecidos aquellos quienes no ven y creen.” Después de una vida entera de ministerio, el evangelista de Carolina del Norte Vance Havner fue puesto en un periodo de ansiedad después de la trágica enfermedad y mujer de su esposa. “estoy tentado mil veces a preguntar, ‘mi Dios, Por que?’” . Pero luego agrego, “Dios es paciente con nuestros reclamos. El sabe de que estamos hechos y que somos polvo.”
Si te sientes como Tomas el Incrédulo hoy, no desespere. Estas en buena compañía.
Evidencia Disponible
La tercera lección, sin embargo, es que la evidencia esta disponible. Jesús no se deja a si mismo sin testigos; y en los días después de la Resurrección, se presento vivo con muchas pruebas infalibles (Hechos 1:3). A donde quiera que veamos, estamos rodeados de Su gracia. Sus misericordias son nuevas cada mañana. Su Palabra atestigua y se confirma en muchas formas distintas. Su genio se ve claramente en las maravillas de Su creación. Su habilidad de cambiar vidas es evidente en miles de testimonios. La fe no es un brinco a ciegas en la oscuridad, mas bien una respuesta razonable a las evidencias que Dios provee de Su existencias, Su amor, y Su resurrección en poder.
Una mujer, severamente dañada en un accidente, yace en cama sabiendo que nunca volverá a caminar. Oscuridad y duda viene sobre ella, y se compadece ella misma, preguntándose por que Dios permite tal accidente. Viendo por la ventana, ve una pequeña manada de pájaros volando sobre un nido de pájaros. Estaban cantando y brincando sin importarles nada en el mundo. Y recordó las palabras de Jesús: “no se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; mas valéis vosotros que muchos pajarillos” (Mateo 10:29-31). Aquellas palabras desvanecieron la oscuridad de la mujer, mientras que volvía a creer en el Señor.
En todos lados hay evidencia. Aun para Tomas. Su fe fue fortalecida cuando vio las manos del Señor; pero al pensar sobre esto, pudo haber aprendido algunas cosas al ver sus propias manos.
Vean las manos que están deteniendo este libro por un momento. Tus manos tienen veintisiete huesos en total. Tienes ocho huesos en la muñeca, cinco en las palmas, y catorce en tus cinco dedos. Son cincuenta y cuatro huesos solamente en tus dos manos! Eso es aproximadamente un cuarto de los huesos de totales de tu cuerpo. De acuerdo con Dr. Richard G. Eaton, Dios ha equipado las manos con dos de las cosas más importantes para asegurarse que función sea correcta. Tiene dos nervios en cada dedo también dos tendones y dos venas. Es una de las herramientas más ingeniosas jamás creadas, y funcionan aun en la matriz. Estamos hechos maravillosamente! El Dios quien creo algo tan complejo como simple como la mano humana también se puede confiar que El nos detendrá en Su propia mano. Quizá no tengamos todas las repuestas, pero podemos aprender algo de las manos de Tomas el Incrédulo. Las dudas son normales. Jesús es paciente. Y hay evidencias disponibles. Cree tus creencias y duda tus dudas. No cometas el error de dudar tus creencias y creer tus dudas. Como Jesús le dijo a Tomas: No dudes y cree. No cometas el error de dudar tus creencias y creer tus dudas. Como Jesús se lo dijo a Tomas: No seas incrédulo, mas bien cree.
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