Reembolso
Se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón. Génesis 6:6
Nadie puede decir que el director del equipo no fue directo.
Cuando su equipo, los Seattle Sounders Football Club,perdió el juego ante Los Angeles Galaxy. Al describir el desempeño de su equipo, el director dijo: “El esfuerzo, la ejecución, el corazón y la pasión, no fueron suficientes”.
Aparentemente, los otros técnicos estaban de acuerdo.
Es por ello que decidieron recompensar a quienes habían comprado abonos para la temporada, devolviéndoles el dinero que pagaron para ir a ver ese partido. En otras palabras, el equipo les estaba ofreciendo un juego gratis para la temporada del siguiente año.
Era una gran idea, pero establece un precedente peligroso.
Por ejemplo: ¿deberían devolvernos el dinero de un concierto porque alguien no tocó bien o cantó desafinado? ¿Deberían devolvernos el dinero si al ir al cine la película no tuvo un final feliz? ¿Cuál sería el límite? ¿Los ancianos de la congregación se sentirían obligados a devolver las ofrendas si el sermón del pastor no fue suficientemente bueno?
Finalmente un pensamiento serio se desliza en esta divagación: ¿qué tal si Dios estuviera decepcionado con el desempeño de la humanidad? ¿Podría, figurativamente hablando, reclamar que le devuelvan su dinero?
Sabemos que hubo una vez en que el Señor se arrepintió el habernos creado. Al ver nuestra condición pecadora, Dios decidió empezar de cero. Génesis nos cuenta esa historia en la narración del diluvio.
Si el Señor nos quitara su apoyo, su amor, su protección, orden y guía, el resultado sería demasiado aterrador de imaginar. Lutero no bromeaba cuando dijo que el Señor nos da todo lo que “necesitamos para mantener el cuerpo y la vida”.
Pero Dios no nos quita su apoyo. Nuestro Señor prefiere crear en vez de condenar. Y para poder crear un corazón nuevo en nosotros y salvarnos de nosotros mismos, el Padre celestial envió a su Hijo a este mundo.
Jesús vivió una vida de completo sacrificio por nosotros; él obedeció las leyes que nosotros quebrantamos, resistió las tentaciones ante las cuales nosotros caemos, y cargó con nuestros pecados. Y finalmente, en la cruz del calvario, él concretó la obra que nos da salvación.
La resurrección de Jesús al tercer día es la confirmación del Padre de que su sacrificio fue aceptado, y que hay salvación para todos los que creen.
ORACIÓN: Señor, te doy gracias porque has decidido amarme a pesar de mis pecados y defectos. Concédeme que pueda amarte de la misma forma, dando gracias por el Salvador que murió por mi salvación. En el nombre de Jesús. Amén.
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