¿Por qué orar?
Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones. Santiago 4:3
¿Alguna vez consideró la pureza de los motivos por los cuales usted reza? Como cristianos que somos, oramos en diversos momentos—cuando nos levantamos, mientras vamos al trabajo, antes de comer, cuando nos duchamos, mientras cortamos el césped, etc. Uno de los peligros de rezar mientras estamos haciendo otra cosa, es que no estamos concentrando toda nuestra atención en la oración.
También es posible que, al orar en esas circunstancias, nuestras oraciones sean solamente sobre nosotros mismos, así como los niños pequeños cuando oran sólo piden cosas para ellos. Quizás nuestras oraciones sean más sofisticadas porque somos adultos, pero siguen centrándose en lo que nosotros queremos o necesitamos.
Qué corrupto es nuestro estado; tanto, que incluso en nuestra oración a Dios el viejo Adán aparece con su egoísmo y egocentrismo. Lo cierto es que en la vida hay cosas mucho más importantes que tratar de obtener lo que el mundo ofrece. A pesar que los lujos y placeres de este mundo nos parecen tentadores, Dios sabe que no es así.
El apóstol Pablo también lo sabía. Por eso escribió: “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:2). A través de la fe y el poder que recibimos del Espíritu Santo de Dios, podemos dejar de lado al viejo hombre y revestirnos con el nuevo—creado para ser como Dios en rectitud y santidad.
La muerte de Jesús en la cruz, y su resurrección de la tumba, transforma la vida de quienes creen en él. Cuando oramos, entonces, que nuestras palabras sean humildes y que nuestros pensamientos estén centrados en la magnitud de lo que Dios ha hecho por nosotros a través de la obra redentora de su Hijo Jesucristo.
ORACIÓN: Padre celestial, muchas veces te pedimos cosas sólo para satisfacer nuestros propios deseos. Recuérdanos siempre que tú nos das solamente aquello que es bueno para nuestra vida, y ayúdanos a vivir y orar de acuerdo a tu voluntad. En el nombre de tu Hijo. Amén.
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