Parece un mal día
Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en pedazos sus cadenas. Salmo 107:14
Yo viajo y manejo mucho.
A veces entro en alguna ciudad ya tarde en la noche, y voy a la habitación del hotel sin tener la oportunidad de ver casi nada de la comunidad en donde me encuentro.
El mes pasado me sucedió algo así. Cuando amaneció miré por la ventana de mi habitación, y el día se me hizo gris y deprimente. Todo afuera parecía oscuro y sucio. Eso fue lo que pensé, hasta que salí a la calle. Entonces me quedé asombrado al descubrir que el pueblo no era para nada feo… hasta el día estaba brillante y hermoso.
Lo único que estaba gris y sucio en aquel lugar era la ventana de mi cuarto.
Quizá muchas personas cometen el mismo error cuando miran la vida. Piensan que este mundo que Dios nos ha dado es gris y sucio. Piensan que la vida es monótona y deprimente. Aunque a veces puede ser así, la mayoría de las veces lo único que es sombría es nuestra perspectiva.
Si damos un paso más allá de nuestros problemas, podemos ser sorprendidos y descubrir que las cosas no son realmente tan deprimentes. Al contrario, la vida puede ser muy agradable. Después de todo, Dios todavía hace que el sol brille, que el césped crezca, y Jesucristo salve nuestras almas.
Miremos sus bendiciones sin la suciedad que nos nubla la visión. Para que podamos hacerlo, nuestro amoroso Dios nos proporciona ayuda y dirección. Por eso hoy lo animo a que deje brillar a Jesús y a la alegría de vivir dentro de su corazón… y que disfrute. Y si ese resplandor ya se encuentra allí, compártalo con alguien que todavía se encuentra atrapado en un cuarto oscuro.
ORACIÓN: Señor Dios, abre nuestros ojos para que podemos ver a tu Hijo y al gran amor que nos tienes. En el nombre del redentor Jesucristo te lo pedimos. Amén.
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