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Alimento Diario - 19 de Noviembre

  

 

Consuelo en la tristeza

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación. 2 Corintios 1:3

Hay veces en que necesitamos la ayuda de otros.

Para tratar su depresión y encontrar paz para su vida, una persona buscó la ayuda de un psiquiatra a quien le explicó los traumas de su juventud y los fracasos de su vida, que le causaban mucha angustia y dolor.

Una de las maneras en que el médico le aconsejó que manejara la tristeza que lo embargaba, fue diciéndole que encarara la vida desde una perspectiva diferente: que disfrutara y se alegrara con las cosas positivas y buenas que le rodeaban.

Como sugerencia práctica, le dijo que quizás le ayudaría ir a ver a un comediante que aparentemente era muy bueno para hacer reír a las personas. Grande fue la sorpresa del médico cuando el hombre, luego de dar un gran suspiro, le dijo: “Si el ir a ver a ese comediante me va a hacer feliz, entonces estoy perdido, porque yo soy él”.

Al igual que el hombre de nuestra historia, muchas personas viven pretendiendo ser felices, y lo hacen bien, ya que la sociedad no está interesada en escuchar sus quejas. Muchas veces no queremos escuchar los problemas de los demás, porque con los nuestros ya tenemos más que suficiente.

Sin embargo, hay alguien que nos conoce muy bien y que nos ama tanto, que no necesitamos esconder de él nuestros problemas ni tristezas. El amor de Dios nos da la fuerza necesaria para recobrarnos de cualquier crisis, y nos ayuda a seguir adelante con nuevos ímpetus.

En Jesucristo, Dios demostró que no sólo se preocupa por nosotros, sino que también se identifica con nuestros dolores y necesidades. Gracias al sacrificio de Jesús conocemos la compasión perfecta de Dios, y su consuelo eterno.

Cuando los problemas y las dificultades le agobien recuerde que, con la ayuda de Jesucristo, podemos descansar en él, disfrutar de su consuelo, y  recibir la fuerza necesaria para vencer nuestras crisis y sufrimientos.

ORACIÓN:  Padre celestial, ayúdanos a volvernos a ti para todas nuestras necesidades, y a darte gracias por todo lo que nos das. En el nombre de Jesús. Amén.

Biografía del autor: Esta devoción está basada en un texto escrito por Alexander Jesús Pérez León, Director de la Oficina de Cristo Para Todas Las Naciones en Venezuela.

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