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Alimento Diario - 5 de Enero

  

 

Conocí a Dios

A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer". Juan 1:18

Conocí la historia de un hombre emprendedor y talentoso, pero con un pasado difícil. Su pasado lo había convertido en una persona de carácter agrio y con mal humor.

Un día, sin explicaciones lógicas, este hombre cambió radicalmente. Todo comenzó luego que visitó su país, de donde llegó transformado.  Para explicar su cambio, decía: “Conocí a Dios”.

Antes despreciaba violentamente cualquier mención del nombre del Señor y las enseñanzas de la Biblia; pero ahora estaba distinto. Su respuesta siempre era la misma: “Conocí a Dios. Lo conocí a través de Cristo, mi Salvador”.

Ciertamente, la única manera de conocer, interpretar y describir a Dios, es a través de su Hijo, quien es el mismo Dios que se revela y da a conocer. “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).

El hecho que Cristo esté al lado del Padre significa que Jesús tiene pleno conocimiento de él. Ambos están divinamente unidos, y su unidad es antes de los tiempos, sin que ‘tiempo’ signifique origen, porque él es principio y fin.

En el momento decidido por Dios, Jesús entró en escena, se hizo hombre visible. El propósito de su nacimiento fue que, por medio de él, las criaturas conozcan al Creador. En su Natividad, Cristo nos trajo del cielo el maravilloso regalo del perdón y la salvación. Y con su poder nos cambió.

ORACIÓN: Padre celestial, te doy gracias porque, por medio de Cristo tu Hijo, me has cambiado y me has hecho tuyo. Amén.

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