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Alimento Diario - 22 de Febrero

  

 

Temores usuales

“Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo, pues le temían, ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas.”Marcos 11:18

Es usual que los que no creen traten de deshacerse de Cristo. Alrededor de 1930, el dictador ruso Stalin ordenó que se confiscaran las Biblias, y mandó a los cristianos a la cárcel.

Sesenta y cuatro años más tarde, con el comunismo ya en ruinas, esas mismas Biblias estaban en gran demanda. Varios trabajadores, uno de ellos hostil al Evangelio, fueron contratados para ayudar con la distribución de dichas Biblias, que habían sido guardadas bajo llave.

De pronto, ese trabajador desapareció. Cuando lo encontraron, tenía lágrimas corriendo por sus mejillas: al abrir la tapa de la Biblia que intentaba robar, había descubierto escrito en ella el nombre de su abuela. Hoy es un discípulo de Jesucristo, y todavía usa la misma Biblia por la cual su abuela fue perseguida.

Stalin no fue el primero en tratar de erradicar al Salvador del corazón de los creyentes. Los sumos sacerdotes también trataron, y por eso se pusieron de acuerdo para matar a Jesús, de la misma forma en que los “eruditos y escépticos” de hoy tratan de burlarse de él.

Sin embargo Jesús, con su amor inusual, todavía está vivo, convenciendo corazones de su pecado y de su perdón. Los enemigos de Jesús van y vienen, pero Jesús sigue vivo.

ORACIÓN: Querido Señor, mantenme firme en tu amor inusual. Amén.

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