Una inconsistencia usual
Domingo de Ramos
“—Señor—le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: —A los tres días resucitaré.” Mateo 27:63
El Domingo de Ramos la multitud gritaba: “¡Hosanna!”. Menos de una semana después, los líderes de la multitud llamaron de “engañador” al Jesús crucificado. ¡Qué inconstante es la humanidad!
En esta era computarizada, muchos creen en los OVNIS, pero dudan de la Biblia. Son como Thomas Jefferson quien, a pesar de ser un gran líder, no fue un gigante espiritual. No queriendo ser engañado, Jefferson editó la Biblia… quitando todo lo que fuera milagroso. Las palabras finales de su evangelio dicen: “Allí acostaron a su Jesús y pusieron una gran piedra en la boca del sepulcro, y se fueron”.
Nuestro Salvador Jesús fue muchas cosas maravillosas, y nunca fue un embaucador. Todo lo que Dios prometió a través de los profetas, fue cumplido por nuestro Salvador. Ello demandó una fidelidad inusual. Cada promesa y compromiso de Jesús, incluyendo el resucitar al tercer día, fueron cumplidos en su totalidad. Su promesa de estar con nosotros es motivo para que todos gritemos con alegría: “¡Hosanna al Hijo de David, bendito es el que viene en el nombre del Señor!”.
ORACIÓN: Querido Señor, cuánto le gustaría al mundo deshacerse de ti. Te pido que permanezcas siempre en mi corazón. Amén.
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