Siguiendo sus caminos
Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje ni nos abandone. Que incline nuestro corazón hacia él, para que sigamos todos sus caminos y cumplamos los mandamientos, decretos y leyes que les dio a nuestros antepasados. - 1 Reyes 8:57-58
Los tiempos están cambiando. Por lo menos así parece. Según una encuesta del Grupo Gallup, el 51% de la población de los Estados Unidos está en contra del aborto, y sólo el 42% está a favor.
Este es un cambio significante, pues hace más de una década, cuando el Grupo Gallup comenzó a hacer esa pregunta, los porcentajes estaban al revés: el 56% de las personas encuestadas estaban a favor del aborto, y el 33% estaba en contra.
Así que, ¿por qué el cambio?
Se han dado numerosas explicaciones: algunos piensan que las personas entendieron mal la pregunta; otros dicen que, con tantos jóvenes y mujeres que han muerto en la guerra, la vida ha llegado a ser más apreciada; otros creen que las campañas de educación contra el aborto están dando resultado. La lista de razones sobre por qué la opinión de personas ha cambiado casi no tiene fin.
Yo, por mi parte, no sé cuál sea la razón o las razones. Lo que si sé es que los porcentajes realmente no tienen tanta importancia. La opinión pública, como las encuestas lo demuestran, cambia de un año a otro, e incluso de un día a otro.
La verdad es que la única opinión que vale es la de Dios. El Creador, Redentor y Salvador de la vida es el Juez quien finalmente tiene la autoridad de decidir qué está bien y qué está mal. Él es el Señor y él no cambia.
Esta es la razón por la cual, con respecto al aborto, como en cualquier otro asunto, debemos unirnos a Salomón, y orar para que el Señor nuestro Dios esté con nosotros. Debemos rogar que el Señor nunca nos deje ni nos abandone. Igual de importante es que oremos para que el Espíritu Santo nos ayude a que nunca nos alejemos de los caminos de Dios.
Con este fin, debemos orar para que el Señor incline nuestros corazones hacia Él… y nos capacite para andar en sus caminos, manteniendo sus mandamientos y sus leyes.
Si hacemos esto, por más que la opinión pública cambie constantemente, los que hemos sido redimidos por el sacrificio de nuestro Salvador nos mantendremos en el sendero correcto. Por el poder y la dirección del Espíritu Santo continuaremos andando en el camino que el Señor desea que caminemos y que ha puesto delante de nosotros.
ORACION: Amado Señor, vemos cómo fluctúan las opiniones del ser humano. Te damos gracias porque tú nunca cambias. Ahora, para mí como individuo y para mi país, te pido que permitas que seamos llevados a la armonía que trae u voluntad para con nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.
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