Tema de la Semana: El Hijo Pródigo
La historia del hijo pródigo mueve mi corazón a ahondar en las profundidades de la gracia ilimitada de Dios. Me encuentro a mí mismo en cada faceta de las palabras de Jesús. Me identifico tanto con la rebelión del hijo como con el poder del amor del padre. Como hijos de Dios constantemente necesitamos recordatorios de la misericordia de Dios hacia nosotros. Cuando el mundo nos rechaza, Dios nos llama a entrar; cuando el mundo nos castiga, Dios nos viste de justicia y honor. Que esta historia transformadora del hijo pródigo te guíe a una relación más profunda e íntima con tu amoroso Padre celestial.
El perdón instantáneo de Dios
Pasaje Bíblico:“Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó”. Lucas 15:20
Devocional:
Uno de los versículos más poderosos de la Biblia se encuentra en Lucas 15:20. Tómate un minuto esta mañana para reflexionar sobre el corazón perdonador de tu Padre celestial mientras lees este pasaje: “Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó”.
Nuestro Padre celestial es rápido para perdonarnos sin importar cuán grande sea nuestro pecado. Anhela que volvamos nuestros corazones hacia él para poder salir corriendo a nuestro encuentro en nuestro quebrantamiento y nuestra debilidad, y así volver a la comunión total con él. A menudo esperamos para volver al Padre. Con demasiada frecuencia permitimos que la falta de gracia en los demás nos inculque la creencia de que Dios estará enojado y será lento para perdonarnos si le confesamos.
La verdad es que Dios está constantemente consciente de nuestro pecado y, sin embargo, anhela la intimidad con nosotros en todo momento. Nunca estás tan sucio como para no ser envuelto en los brazos amorosos de tu Padre. Nunca estás tan quebrantado como para no ser vestido con su justicia y honor. Nunca dejas de ser su hijo completamente amado y perdonado. Si vuelves tu corazón hacia él en el instante en que pecas, descubrirás una fuente continua de gracia y amor que nunca se secará y nunca se detendrá. Dios está lleno de gracia y amor por ti todo el tiempo, no importa cuán grande sea el pecado o cuánto tiempo haya pasado desde que has vuelto tu corazón hacia él.
1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”. En el momento en que confiesas eres devuelto a la libertad y la justicia en forma total. El perdón de Dios te limpia por completo. Siempre hay alegría, paz, propósito y esperanza al otro lado de la confesión. Siempre hay una relación íntima y restaurada a tu disposición. Todo lo que se requiere de ti es que abras tu corazón al Padre con fe para que siempre lo ames y recibas el amor abrumador que anhela darte.
¿Qué área de tu corazón aún no ha recibido la plenitud del amor de Dios? ¿Dónde necesitas su perdón instantáneo? ¿Qué estás escondiendo del Padre por temor a cómo reaccionará ante tu pecado? Sitúate en la historia de un hijo pródigo hoy. Abre tu corazón al Padre con arrepentimiento; ve hacia él y confiesa tus pecados, debilidades y tu necesidad de él. Imagínate a los pies del Padre que ha salido a recibirte y recibe todo el amor y la restauración que tiene para darte. No hay nada más importante que estar completamente disponible para tu Padre celestial y tomarte un tiempo para sentir su amor. Que tengas un encuentro transformador con tu Padre hoy mientras entras en la oración guiada.
Guía de Oración:
1. Medita sobre la importancia de tener tu corazón completamente disponible para el Señor. Reflexiona sobre la importancia de la confesión.
“Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida”. Proverbios 4:23
“Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas”. Proverbios 3:5-6
“Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón”. Proverbios 28:13
2. Confiesa cualquier pecado que tengas y reconoce tu necesidad del amor y del perdón de Dios. Imagínate a ti mismo a los pies del Padre mientras corre hacia ti y haz que tu corazón esté completamente disponible para él.
“Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios”. Hechos 3:19
3. Recibe el amor y el perdón de tu Padre celestial. Pídele que te muestre lo que siente por ti. Pídele que te ayude a experimentar el poder purificador de su perdón. Tómate un tiempo para descansar en su amor y deja que te transforme.
“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”. 1 Juan 1:9
Si bien Dios ciertamente sabe todo acerca de nuestros corazones, él espera primero a que los abramos para luego transformarlos, renovarlos y llenarlos. Él no es un Dios que nos obliga a lo que necesitamos, sino que nos espera con paciencia y expectativa. Como hijos de un Dios tan amoroso, es vital que cultivemos una postura de necesidad y receptividad. Es crucial que cultivemos la tierra de nuestros corazones para recibir plenamente el amor de Dios y llevar el fruto de su presencia en nuestras vidas. Tómate un tiempo a lo largo del día para verificar la postura de tu corazón y abrir cualquier área que esté cerrada. Deja que te guíe en todos los sentidos, confía en él y vive en obediencia. Que vivas hoy en comunión total con tu Padre celestial.
Lectura Complementaria: 1 Juan 1
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