Tema de la Semana: Ser Hijo de Dios
Como hijos del Dios Altísimo se nos ha concedido el acceso a un amor incondicional, tangible y perfecto. Todo lo que necesitamos lo tenemos en la relación con nuestro Padre celestial. Él anhela revelarse ante nosotros como un Padre amoroso y real; desea que vivamos en la plenitud de una relación restaurada con él y quiere que experimentemos su vasto e ilimitado amor. Que esta semana crezcamos en nuestra comprensión y experiencia de Dios como nuestro Padre bueno y amoroso al considerar lo que significa ser sus hijos.
Fe como la de un niño
Pasaje Bíblico:“Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él”. Marcos 10:15
Devocional:
Tener fe como un niño es confiar ciegamente en la bondad, el cuidado, la guía y la provisión de un padre. Jesús continuamente llamó a sus discípulos a un estilo de vida de entrega y confianza en él, pero nunca lo hizo de manera tan simple como en Marcos 10:13-16. La Biblia dice:
“Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: ‘Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él’. Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos”.
Marcos 10 enseña que debemos tener una fe como la de los niños para recibir el reino de Dios. La fe de los niños es lo que nos llena con la inquebrantable esperanza de que algún día viviremos en el cielo con nuestro Padre por toda la eternidad. Como cristianos, hemos puesto toda nuestra esperanza en la verdad de que Jesús vino, murió y resucitó y que si confiamos en él tendremos una resurrección como la suya. Si bien logramos tener el tipo de fe que tienen los niños en lo que respecta a la salvación, a menudo nos cuesta confiar en Dios de esta manera día a día.
Ser hijo de Dios nos brinda la oportunidad de vivir bajo su provisión y guía constantemente. Como nuestro buen Padre, anhela proporcionarnos una vida maravillosamente abundante, llena de alegría, paz, propósito, risas, amigos y amor incondicional. Pero muy a menudo vamos por nuestro camino y vivimos nuestras vidas lejos de todo lo que tenemos disponible en Dios. Ya sea por falta de revelación, impaciencia, temor, enseñanza errónea o experiencias pasadas, a menudo no tenemos fe en que Dios nos guiará a sus planes perfectos.
Dios te está llamando a un estilo de vida mejor, con fe como la de un niño. Él te está llamando a que pongas tu confianza solo en él para tus finanzas, relaciones, futuro, pasado y presente. Hebreos 11:6 dice: “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”. Lo que trae placer a nuestro Padre es tener una relación pura, sin velo y gloriosa con sus hijos. Anhela que nos acerquemos a él con plena seguridad de que es bueno, real y que desea bendecirnos.
Tómate un tiempo en la oración guiada para depositar toda tu confianza en tu Padre celestial. Confiésale de qué maneras has estado viviendo con tu propia fuerza. Pídele que te muestre la raíz de tu falta de fe y recibe su ayuda en la búsqueda de un estilo de vida con fe como la que tienen los niños. Que experimentes la paz y la alegría trascendentes que solo se obtienen al vivir por fe.
Guía de Oración:
1. Medita sobre la importancia de tener fe como un niño
“Vivimos por fe, no por vista”. 2 Corintios 5:7
“En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”. Hebreos 11:6
“Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él”. Marcos 10:15
2. ¿En qué áreas luchas por confiar en Dios? ¿Qué área de tu vida no está produciendo el fruto de su bondad, realidad y amor por ti? ¿En qué aspectos estás bajo el estrés de vivir con tu propia fuerza?
“El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido”. Proverbios 29:23
3. Confiesa tu necesidad de la ayuda de Dios y pídele que te ayude a vivir con más fe. Identifica cualquier forma en que hayas estado viviendo sin fe y pide al Espíritu Santo que te llene de paciencia y confianza en tu Padre celestial.
“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo”. 1 Pedro 5:6
Recompensa de la humildad y del temor del Señor, son las riquezas, la honra y la vida”. Proverbios 22:4
“Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia”. Colosenses 3:12
Refiriéndose a Abraham, Romanos 4:20-21 dice: “Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido”. Que seamos hijos tan fieles a nuestro Padre celestial bueno y amoroso como lo fue Abraham. Que podamos perseguir de todo corazón la vida abundante que proviene de confiar en la realidad y la cercanía de Dios. Que podamos ser reflejos cada vez más más grandes del amor incondicional y del propósito de Dios para todos aquellos cansados y agobiados por el estrés vivir la vida lejos de la ayuda del Padre.
Lectura complementaria: Romanos 4
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