Tema de la Semana: Luz
Vivimos en la realidad de que hay luz y oscuridad a nuestro alrededor en todo momento. Este mundo tiene tanto el bien como el mal, lo bueno y lo malo. Como creyentes debemos crecer tanto en nuestra aceptación de esta realidad como en nuestra búsqueda de la luz. Debemos permitir que Dios nos moldee y nos forme para ser personas liberadas de toda oscuridad, conocidas plenamente por Dios y transformadas en reflejos de su Hijo por su luz. Que esta semana el Señor abra nuestros ojos para ver la luz gloriosa que tenemos ante nosotros.
Completamente conocidos
Pasaje Bíblico: “No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente”. Lucas 8:17
Devocional:
Vivir en secreto ante Dios, los hombres y ti mismo es vivir en la oscuridad. Fuimos hechos para ser plenamente conocidos, para ser abiertos y vulnerables. Solo siendo completamente conocidos sabemos que podemos recibir verdaderamente las profundidades del amor de Dios por nosotros. Solo al ser plenamente conocidos descubrimos quiénes somos realmente y la inmensidad de nuestra necesidad de Dios.
Nuestra cultura valora la percepción por encima de la realidad. Trabajamos incansablemente para crear una imagen de perfección en la mente de los demás que requiere un constante encubrimiento de quiénes realmente somos. Trabajamos para construir una fachada, una cubierta exterior falsa, en un intento de mantener en la oscuridad lo que tememos que causará rechazo. Pero cuanto mayor sea nuestra fachada, menos seremos verdaderamente amados. Cuando alguien ama una imagen que hemos creado y que sabemos que no es realmente nosotros, no podemos recibir ese amor. Cuando alguien elogia la imagen de perfección que hemos trabajado para crear, siempre pensamos: "Si supieras quién soy realmente, no estarías diciendo esas cosas". Ser completamente amado es ser totalmente conocido.
La verdad aleccionadora de la Biblia es que Dios ya conoce los secretos de nuestro corazón y un día los sacará a la luz, ya sea que lo deseemos o no. Hebreos 4:13 dice: “Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas”. Lucas 8:17 dice: “No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente”. Dios sabe la importancia de que todo sea llevado a la luz. Su deseo principal es tener una relación completa con nosotros, y sabe que la relación completa solo ocurre sin secretos.
Si bien Dios ya conoce los secretos de nuestro corazón, no recibiremos la plenitud de su amor aquí en la tierra hasta que no descubramos esos secretos de buena gana. Dios espera pacientemente a que nos demos a conocer plenamente a Él, mientras nos llama con su bondad amorosa. Él nos declara su buena naturaleza a través de la Biblia, las circunstancias y su Espíritu, tocando la puerta de nuestros corazones para que podamos dejar que Él nos ame, nos cure y nos libere.
Tómate hoy el tiempo para abrir tu vida a Dios y, con su ayuda, derriba cualquier fachada que hayas construido. Participa en el proceso de vivir siendo plenamente conocido ofreciendo las partes de tu corazón que nunca quisiste traer a la luz. Cuéntale tus secretos. Haz un espacio para reflexionar sobre tu vida. ¿En qué trabajas incansablemente para mantener en la oscuridad? ¿Qué pensamientos, motivos o heridas intentas ocultar constantemente? Confía en que tu Dios es un buen padre. Él ya conoce los secretos de tu vida. Él no te rechazará. Él no está disgustado ni avergonzado de ti. Él simplemente quiere amarte completamente. Que hoy experimentes el amor de tu Padre celestial en medidas más grandes, mientras buscas vivir siendo plenamente conocido.
Guía de Oración:
1. Medita sobre la importancia de ser plenamente conocido. Tómate un tiempo para reflexionar sobre tu vida y sobre cómo afecta a tu corazón el vivir con una fachada. Piensa en las maravillas de ser plenamente conocido y completamente amado.
“No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente”. Lucas 8:17
“Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas”. Hebreos 4:13
2. ¿Qué secretos, heridas, motivos o pensamientos están en la oscuridad? ¿En qué trabajas incansablemente para ocultarte de los demás? ¿En qué estás trabajando incluso para esconderte de ti mismo?
3. Dile a Dios lo que has escondido en la oscuridad. Escríbelo, ora o reflexiona con él sobre lo que has tratado de ocultar. Ábrete a él y pregúntale qué siente por ti. Pregúntale cómo se siente acerca de lo que has mantenido oculto. Toma un tiempo y simplemente déjale que te ame y te disfrute.
“Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”. Romanos 8:37-39
Hay algo tan poderoso en simplemente ser disfrutado por Dios. Cuando encontramos que él se deleita en nosotros, todo cambia. En el siglo V, San Agustín dijo: "Quia me amasti, fecisti me amabilem", que significa: "Al amarme, me hiciste amable". Experimentar el amor de Dios es aprender que, aparte de todo lo que podamos hacer, somos encantadores. Eres digno de ser amado tal como eres, y nunca puedes volverte desagradable. El Dios que ve cada parte de ti y que solo es verdadero te ama tal como eres. Que encuentres seguridad, gozo y paz en el amor implacable de tu Padre celestial.
Lectura Complementaria: Salmo 36
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