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Llevando la presencia de Cristo - Primeros15 - 23 de Diciembre


Tema de la Semana: Acercándonos

La época navideña es un momento del año poderoso y único para recordar que Jesús vino para abrir un camino para estar cerca de Dios. En su vida, muerte y resurrección, Jesús construyó un puente entre nosotros y Dios que nos permite tener una comunión continua y sin obstáculos con nuestro Creador. Pero Dios no puede forzarnos a acercarnos a él. Incluso como creyentes llenos del Espíritu Santo, podemos elegir vivir como si Dios todavía estuviera lejos. Entonces, en esta época navideña, podemos elegir abrir nuestros corazones al Dios vivo para que podamos experimentar la plenitud de gozo en su presencia amorosa.

Llevando la presencia de Cristo

 Pasaje Bíblico: 

“Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús”. 1 Juan 4:17

Devocional:

Tenemos el privilegio como discípulos de Jesús de llevar su presencia con nosotros al mundo. Dios en su amor ha elegido usarnos como agentes de avivamiento. Él nos ha encomendado: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (Mateo 28:19). Y en 1 Juan 4:15-17, obtenemos una idea de la manera en que Dios quiere que hagamos discípulos:

 “Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús”. 

“Porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús”. ¡Qué declaración tan poderosa! El plan de Dios para el mundo es formarnos y convertirnos en aquellos que reflejan su bondad para con los demás. La esperanza del mundo descansa en la misericordia y la gracia de Jesús como se proclama a través de nuestras vidas. Y la única manera en que llevamos a Jesús con nosotros al mundo es permaneciendo en Dios y permitiéndole que permanezca en nosotros.

¿Sabes que puedes permanecer en Dios? ¡Y no solo pasando tiempo a solas con él! 1 Juan 4 nos enseña que cuando permanecemos en el amor, cuando amamos a los demás, permanecemos en él. Verás, permanecer en Dios requiere que estemos donde él está. Nos exige rendirnos a su guía y a sus deseos para poder unirnos a él en donde él ya esté trabajando a lo largo de nuestro día. A veces, permanecer requiere un tiempo dedicado a la soledad, la palabra y la adoración. Otras veces la permanencia requiere acción.

¿Dónde está Dios hoy trabajando a tu alrededor? ¿A quién está buscando y cómo puedes unirte a él? ¿A quién va a atraer a sí mismo y cómo puedes ayudarlo? Si quieres estar con Dios hoy, únete a él para ver avanzar su reino de amor. Si quieres permanecer en la presencia de Jesús, decide vivir como él, fortalecido por su Espíritu. No tienes que vivir perfectamente. No tienes que ser nada más que quien eres. Dios en su poder y gracia te ha creado con un propósito específico para revelar un aspecto específico de su corazón al mundo. Simplemente elige dejarlo entrar a todo lo que eres y hazlo hoy para que tu día esté lleno de su presencia vivificante. Elige llevar su sabiduría, amor y gracia a las relaciones que tienes con otros para que en tus palabras, emociones y acciones proclames su carácter.

Tómate un tiempo en la oración guiada para encontrar descanso y propósito en la presencia de Cristo.

Guía de Oración: 

1. Medita en el mandato de Dios de permanecer en él. Permite que la Biblia te llene con el deseo de centrar tu vida alrededor de la presencia de Dios.

“Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús”. 1 Juan 4:15-17

2. Pídele a Dios que te revele su cercanía. Tómate un tiempo para descansar en su presencia para que puedas recibir el poder del Espíritu Santo.

“Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones!
 ¡Yo seré enaltecido en la tierra!”.
Salmo 46:10

“Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Hechos 1:8

3. Pregúntale a Dios por formas específicas en las que puedes amar a los demás hoy. Presta atención cuando él pone personas o circunstancias en tu corazón. Presta atención a cómo él quiere que comprometas a otros hoy. Pídele su gracia y poder para amar bien a los demás.

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. Efesios 2:10

En 1 Juan 2:6 Juan escribe: “El que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió”. ¿De qué sirven las palabras o los deseos si no los ponemos en práctica? ¿Qué sentido tiene toda nuestra conversación si nunca hacemos algo al respecto? El reino de Dios no separa la fe y las obras. Santiago escribe: “Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras”. (Santiago 2:18). Elige hoy poner en acción lo que está en tu corazón. No retengas tu amor por los demás. No te abstengas de alentar y amar a otras personas, incluso si es un comportamiento anormal para ti. Interviene en situaciones y trae la presencia y voluntad de Cristo. Que tu día esté marcado por la poderosa unción del Espíritu Santo para amar a los demás como lo hizo Jesús.

Lectura Complementaria: 1 Juan 4

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