Tema de la Semana: Experimentando las Promesas de Dios
Nuestro Padre celestial nos ha hecho promesas increíbles a nosotros, sus hijos. Pero, aunque es completamente fiel para cumplirlas, él no nos dará esas promesas a la fuerza. Dios nos ha prometido su cercanía, su cuidado y una vida eterna a su lado. Pero tenemos el poder de elegir nuestro propio camino. Él no entra por la fuerza donde no hay espacio. La palabra de Dios no tendrá poder en nuestras vidas si no la leemos. No oiremos a Dios de una manera efectiva si no estamos escuchando, y no podremos experimentar su cercanía si constantemente llenamos nuestras vidas con otras cosas. Es por eso que esta semana hablaremos sobre las diferentes maneras en que podemos experimentar las promesas de Dios para que puedan cumplirse totalmente en nuestras vidas. Es mi deseo que puedas encontrar a Dios poderosamente a medida que aprendes a experimentar plenamente las increíbles promesas de tu Padre celestial.
Confía en la promesa de Dios
Pasaje Bíblico: “Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna”. Isaías 26:3-4
Devocional:
La Biblia constantemente nos da imágenes para ayudarnos a visualizar el carácter de Dios. El Salmo 18:2 dice: “El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!”. 2 Samuel 22:32 dice: “¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?”. Me encanta cómo el Señor elige usar la creación para hablarnos de los atributos invisibles de su naturaleza. A nuestros ojos, las rocas son inmutables, firmes y estables. Generaciones de hombres van y vienen, pero las rocas permanecen visualmente iguales. Así ocurre también con nuestro Dios. 1 Reyes 8:56 dice: “¡Bendito sea el Señor, que conforme a sus promesas ha dado descanso a su pueblo Israel! No ha dejado de cumplir ni una sola de las gratas promesas que hizo por medio de su siervo Moisés”. Las promesas de Dios son seguras. Son incluso más inamovibles que las montañas más fuertes. Son más firmes que el mismo suelo en el que caminas.
Puedes poner tu confianza en Dios y creer que él cumplirá sus promesas. De hecho, experimentar sus promesas de la manera en que Dios lo desea para ti, requiere confianza. Isaías 26:3-4 dice: “Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna”. A lo largo de la Biblia Dios guía a su pueblo a la paz. Nos ha prometido la paz a nosotros, como sus hijos. Pero Isaías 26 nos habla de un concepto increíblemente importante. Aquellos que se mantendrán en “perfecta paz” son aquellos “de carácter firme”, cuya mente se mantiene en Dios. Y una mente solo puede permanecer en Dios “porque en [él]confía”.
Experimentar la plenitud de las promesas de Dios requiere nuestra confianza inquebrantable. Por ejemplo, Filipenses 4:19 dice: “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”. Dios promete “[proveer] todo lo que necesiten”. Su promesa es segura. Pero experimentar la paz que su promesa de provisión proporciona requiere confiar en su palabra. Él proveerá para tus necesidades independientemente de tu confianza, pero no podrás experimentar la paz que Dios te desea dar si estás constantemente preocupado por si tendrás o no todo lo que necesitas. La promesa comúnmente citada de Jeremías 29:11 dice: “‘Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes’ —afirma el Señor—, ‘planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza’”. Dios tiene un plan increíble para tu vida sin importar si confías en su palabra. Pero la promesa de Dios está destinada a producir en ti una seguridad inquebrantable. Estás creado para vivir tu vida confiando en que Dios tiene un plan para ti y en que te lo revelará a la perfección. Experimentar esa seguridad requiere del acto de confiar en el carácter de Dios y en su capacidad de guiarte.
¿En qué cosas necesitas una “perfecta paz” hoy? ¿En qué áreas necesitas descanso para tu alma? Busca las promesas de Dios; recuerda que sus promesas son seguras. Él es tu roca y tu refugio. Pon tu confianza en sus promesas tan a menudo como sea necesario hasta que produzcan paz en tu vida. Elige continuamente poner tu esperanza en Dios y vivir una vida de fe en respuesta a su fidelidad. Dios tiene un plan para llevarte hoy hacia la paz. Él tiene un plan para producir una alegría y una esperanza en ti que no puedan ser quitadas por ninguna circunstancia o miedo. Experimenta hoy todo lo que las promesas de Dios están destinadas a producir al confiar en tu Roca, tu Padre celestial eterno y amoroso.
Guía de Oración:
1. Medita en las promesas inamovibles de Dios.
“El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!”. Salmo 18:2
2. ¿En qué áreas de tu vida necesitas experimentar más del fruto de las promesas de Dios? ¿Dónde necesitas paz y esperanza?
3. Elige depositar tu confianza en Dios hoy. Busca las promesas que tienen que ver con las áreas de tu vida que te causan preocupación o temor, y luego deposita tu confianza en esas promesas.
“Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna”. Isaías 26:3-4
El Señor tiene una paciencia increíble para guiarte en el proceso de confiar en él. Dios sabe que experimentar todo lo que la vida cristiana pretende dar requiere de una fe increíble. Jesús dijo: “Dichosos los que no han visto y sin embargo creen”. (Juan 20:29). Si te encuentras temeroso, preocupado, con dudas, está bien. ¡Solo no te quedes ahí! Busca las promesas de Dios. Pasa tiempo en oración. Dedica tiempo a “[depositar] en él toda ansiedad, porque él cuida de [ti]”. (1 Pedro 5: 7). Confiar en Dios es una búsqueda de por vida. Pero es una búsqueda que vale todo tu tiempo y energía. Comprométete a pasar tiempo explorando y experimentando la fidelidad de Dios. Deja que su amor constante produzca en ti confianza y esperanza. Confía hoy en tu Dios, el único que nunca te fallará.
Lectura Complementaria: Isaías 26
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