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Haz tiempo para experimentar a Dios - Primeros15 - 9 de Marzo


Tema de la Semana: Experimentando las Promesas de Dios

Nuestro Padre celestial nos ha hecho promesas increíbles a nosotros, sus hijos. Pero, aunque es completamente fiel para cumplirlas, él no nos dará esas promesas a la fuerza. Dios nos ha prometido su cercanía, su cuidado y una vida eterna a su lado. Pero tenemos el poder de elegir nuestro propio camino. Él no entra por la fuerza donde no hay espacio. La palabra de Dios no tendrá poder en nuestras vidas si no la leemos. No oiremos a Dios de una manera efectiva si no estamos escuchando, y no podremos experimentar su cercanía si constantemente llenamos nuestras vidas con otras cosas. Es por eso que esta semana hablaremos sobre las diferentes maneras en que podemos experimentar las promesas de Dios para que puedan cumplirse totalmente en nuestras vidas. Es mi deseo que puedas encontrar a Dios poderosamente a medida que aprendes a experimentar plenamente las increíbles promesas de tu Padre celestial.

Haz tiempo para experimentar a Dios

Pasaje Bíblico: “Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados”. Salmo 37:7

Devocional:    

Nuestro mundo considera que las personas más ocupadas son las más exitosas. Miramos las vidas de aquellos que trabajan más que la persona promedio y admiramos su fortaleza y motivación. Comparamos nuestras propias vidas con aquellos que parecen trabajar más, tener más y hacer más con su tiempo, y deseamos poder tener la determinación de ser más como ellos. Como resultado de la epidemia de ocupaciones de la sociedad, nuestras vidas espirituales están sufriendo.

La Biblia nos da una descripción clara de la vida de una persona ocupada y de la vida de una persona que hizo tiempo para sentarse y experimentar a Dios. Lucas 10:38-42 dice:

“Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! —Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará”. 

La respuesta de Jesús en las últimas dos oraciones me llega al corazón. Jesús dice: “Marta, Marta… estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará”. La buena parte, a los ojos de Jesús, fue sentarse y escucharlo, una idea que contradice la mayor parte de lo que valoramos en nuestra cultura. Valoramos a aquellos que llenan su tiempo con servicio y acción, pero eso no es lo que Jesús valoró. Jesús valoró a María, quien pasó su tiempo sentada a sus pies. Jesús valoró la disposición de María para hacer tiempo para estar con él. ¡Y no encontramos esta enseñanza solo en este caso! El Salmo 127:2 dice: “En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados”. También el Salmo 37:7 dice: “Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados”. Claramente, hay un principio relacionado al descanso y al hacer un espacio para Dios que se extiende a lo largo de toda la Escritura.

Entonces, ¿cómo podemos responder hoy a la palabra de Dios? ¿Qué significa para nosotros este principio de hacernos un tiempo para estar con Dios? Primero, debemos elegir darle más valor a la palabra de Dios que a la opinión del hombre. Marta estaba enojada con María. Marta debe haber sentido que María era perezosa y egoísta, como muchos de nosotros lo hubiéramos pensado también. Pero la Biblia es clara con respecto a que Marta estaba equivocada. ¿Valorarás más la opinión de Dios que la del hombre? ¿Elegirás descansar en la presencia de Dios cuando el mundo esté llamando a tu puerta, diciéndote que debes estar ocupado?

En segundo lugar, tenemos que volver a evaluar lo que llamamos éxito. Estar ocupados y ganar dinero no es la definición de éxito a los ojos de Dios. Trabajar incansablemente, incluso para su reino, no es lo mismo que trabajar con Dios. Tenemos que hacer espacio en nuestras vidas para experimentar a Dios y a sus promesas. Dios no puede traerte paz y una revelación más profunda de su amor si no tienes tiempo para encontrarte con él. Marta fue la prueba de este concepto: estaba en la presencia misma del Dios vivo y solo experimentaba ansiedad y frustración. Tienes que hacer tiempo para sentarte a los pies de Jesús sin agenda. El hecho de estar con Dios, simplemente, es fundamental para vivir la vida cristiana. Isaías 30:15 dice: “Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: ‘En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer!’”. Debes estar dispuesto a descansar. Tienes que hacer tiempo para la presencia de Dios. Él está esperando ahora para restaurarte y llenarte de paz; tiene un plan perfecto para satisfacer los anhelos de tu corazón. Espera en Dios hoy. Espera la dirección de su Espíritu Santo. Recibe el amor que Dios está deseando dar y deja que sea el combustible que hoy te estimule a hacer buenas obras.

Guía de Oración: 

1. Medita en la historia de María y Marta. Sitúate en el pasaje bíblico. Deja que la verdad de las palabras de Jesús cambie tu perspectiva del éxito.

“Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! —Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará”. Lucas 10:38-42

2. Ahora reflexiona sobre tu propia vida. ¿Estás muy ocupado? ¿Qué perspectiva, persona o miedo te lleva a la actividad?

3. Pídele a Dios que te guíe hacia una vida en la que hagas tiempo para experimentarlo de manera consistente. Pídele al Espíritu Santo que te muestre lo que necesitas cambiar en tu vida. ¿De qué necesitas deshacerte o a qué debes decirle que no? Entrega con una oración todo lo que te aleja de tu Padre. Pon todas tus cargas sobre sus hombros y encuentra descanso en su amor.

Deja que el encuentro con Dios sea hoy tu combustible para la acción. Muévete cuando él se mueva. Espera cuando te diga que esperes. Entrega tu día al Espíritu Santo y sigue su guía. Hay días enteros en los que Dios te llama simplemente a descansar en su presencia. Decide hoy darle más importancia a la opinión de Dios que a la del hombre y pasa tiempo descansando en la presencia de tu Padre celestial. Habrá un momento y un lugar para trabajar, haciendo que su reino venga a la tierra, pero él te guiará fielmente a esos momentos. Hoy elige esperar en Dios, descansa en su presencia y experimenta una nueva fuerza para vivir tu día; una fuerza que solo puedes encontrar sentado a los pies de Jesús.          

Lectura Complementaria: Isaías 30

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