Tema de la Semana: Permaneciendo en la Vid Verdadera
La cosa más absolutamente importante que puede hacer un hijo de Dios en su vida, es separar un tiempo para encontrarse con nuestro Padre celestial en el lugar secreto. Permanecer en Dios es el fundamento sobre el cual todos los demás aspectos de la vida cristiana encuentran el éxito y establece raíces que nos permiten recibir todo lo que necesitamos para dar el fruto del Espíritu. Permanecer en Dios nos guía a un refrigerio y un avivamiento constantes, por lo que nos suministra y sostiene en la vida abundante que Dios quiere para nosotros. Mientras recorremos Juan 15:1-17 esta semana, es mi oración que puedas estar marcado por encuentros maravillosos que te satisfagan de manera completa en la presencia de Dios. Haz espacio en tu corazón y en tu mente para descansar en el amor de tu Padre celestial al observar las diferentes maneras en que debemos permanecer en la vid verdadera de Dios.
Permaneciendo en el latido del corazón de Dios
Pasaje Bíblico: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos”. Juan 15:7-8
Devocional:
Jesús nos hace una promesa casi increíble en Juan 15:7-8. La Biblia dice: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos”. Jesús promete que si permanecemos en él y permitimos que sus palabras permanezcan en nosotros, entonces podemos pedir cualquier cosa que deseemos de Dios y él nos la concederá. Claramente este es un pasaje vital para que lo entendamos hoy. Creo que el Señor tiene reservada una nueva revelación para nosotros si le tomamos la palabra y le permitimos transformar nuestra comprensión de lo que significa hacerle un pedido al Padre celestial. Entonces, abramos nuestros corazones y mentes y permitamos que el Espíritu Santo venga y haga una obra en nosotros hoy al depositar nuestra confianza en la palabra de Jesús.
He pasado gran parte de mi vida cristiana orando sin entender cómo orar. Solía ver la oración como un tiempo para pedirle a Dios lo que pensé que sería bueno y luego esperar para ver si mis circunstancias se alineaban con mi oración. Entonces solo a través de mis circunstancias sabría si la respuesta de Dios a mi oración fue sí o no. Luego leí Juan 15:7-8. Jesús claramente enseña un modelo de oración muy diferente al que yo había estado experimentando.
El modelo de Jesús para la oración es permanecer en su presencia, permanecer en sus palabras y luego pedirle a Dios los deseos de nuestro corazón. Dios desea que estemos tan en sintonía con los latidos de su corazón y tan saturados con su palabra que nuestros deseos se transformen en sus deseos. Su plan es llenarnos con el conocimiento de su perfecta voluntad para nuestras vidas en el lugar secreto, para que podamos orar y vivir de todo corazón con la plena expectativa de que nuestro Padre celestial hará realidad los deseos que ha puesto dentro de nosotros.
¿Este modelo de oración se alinea con tu vida? ¿Está tu vida de oración marcada por permanecer en él y su palabra primero? ¿Has descubierto el latido del corazón de tu Padre celestial? ¿Sientes como si supieras lo que él siente acerca de las situaciones que ocurren en tu vida? ¿Estás tan saturado con su palabra que está transformando tus acciones, creencias, emociones y oraciones?
La Biblia dice en Jeremías 33:3: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. 2 Corintios 3:18 dice: “Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu”. Y Deuteronomio 4:29 dice: “Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás”. Dios anhela que busques el latido de su corazón. Anhela revelarte cómo se siente con respecto a ti y a todos los aspectos de tu vida. Él anhela transformar tus deseos en los suyos para que puedas desear y pedirle lo que realmente es mejor para ti.
Pedirle a Dios algo es tan simple como permanecer en su presencia y su palabra y luego orar de acuerdo con los deseos que han nacido en ti. Descubre la riqueza de deseos que él anhela compartir contigo. Pídele que te muestre cómo se siente y qué piensa. Satúrate en su palabra. Permite que las enseñanzas de Jesús transformen tus perspectivas y pídele a tu Padre celestial que haga realidad los deseos que él ha puesto dentro de ti. Que hoy tus deseos sean uno con los de Dios mientras pasas tiempo viviendo en la vid verdadera de Jesús.
Guía de Oración:
1. Medita en el proceso de oración de Jesús. Reflexiona sobre cada frase. Permite que las palabras de Jesús transformen la forma en que ves el tiempo que pasas con Dios y la manera en la que ves la oración.
“Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos”. Juan 15:7-8
2. Pasa tiempo permaneciendo en la presencia y palabra de Jesús. Pídele que te revele cómo se siente acerca de las situaciones de tu vida en las que necesitas su ayuda. ¡Pídele que te muestre cómo se siente con respecto a cualquier cosa que tengas curiosidad! Pasar tiempo con Dios debe consistir en diálogos, preguntas y respuestas. Busca y descansa hoy en su corazón y su palabra.
“Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás”. Deuteronomio 4:29
“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. Jeremías 33:3
3. Después de descubrir el latido del corazón de Dios y las enseñanzas de Jesús, ¡pídele a Dios con confianza el deseo de tu corazón! Pídele a tu Padre celestial que haga realidad los deseos que él está plantando dentro de ti. Ora alineado con el Espíritu y la Verdad. Disfruta del deseo de tu Padre celestial de responder a tu oración.
“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento”. Colosenses 4:2
“Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan”. Mateo 6:5-8
Al Señor le encanta contestar las oraciones de sus hijos. Él anhela darte todo regalo bueno y perfecto. Confía en su bondad. Ten fe en que él responderá a tus oraciones de maneras más magníficas de lo que puedas imaginar. Él es nuestro Padre amoroso, y ama bendecirnos. Descansa en su presencia y palabra y permítele formarte y moldearte a la imagen de Jesús.
Lectura Complementaria: Mateo 6
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