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Un estilo de vida sin velo - Primeros15 - 21 de Junio


Tema de la Semana: Justicia en Cristo

Vivir una vida sin el velo que nos separaba de Dios es la forma de experimentar la plenitud de lo que tenemos disponible en nuestra relación restaurada con él. Es un poderoso estilo de vida lleno de fe, de encuentros directos con nuestro Padre celestial y de transformaciones. Cuando vivimos nuestras vidas a la luz del perfecto sacrificio de Jesús comenzamos a experimentar todo lo que su muerte tenía el propósito de brindarnos. Dios anhela que sus hijos caminen en intimidad con él directamente conectados a su fuente de amor por nosotros. Que esta semana puedas experimentar una conexión más tangible, amorosa y poderosa con tu Padre celestial.

Un estilo de vida sin velo

Pasaje Bíblico: “Pero, cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado”.  2 Corintios 3:16

Devocional:

Por la gracia de Dios, el velo que representó nuestro pecado y nuestra vergüenza ha sido reemplazado por encuentros cara a cara, ilimitados y sin vergüenza con nuestro Padre celestial. La Biblia dice:

“Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza. No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. Sin embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado, porque solo se quita en Cristo. Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. Pero, cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu”. (2 Corintios 3:12-18).

Dios anhela que vivamos un estilo de vida sin velo. Anhela que veamos su gloria y nos transformemos a su imagen: un reflejo de su glorioso Hijo, Jesús. La idea de parecerse a Jesús solía parecer absolutamente imposible. ¿Cómo podría parecerme a Jesús siquiera un poco? En mi pecado y vergüenza, ¿cómo podría parecerme el Hijo de Dios perfecto y sin pecado? Pero Dios tiene un proceso agradable y perfecto mediante el cual nos transforma. A medida que buscamos todo lo que Dios tiene para darnos en una relación cara a cara, él anhela renovar nuestras mentes según sus planes para nuestra transformación.

2 Corintios 3:18 aclara que al reflejar “la gloria del Señor somos transformados”. Así como Moisés entró a la tienda de reunión y salió con su rostro resplandeciente (Éxodo 33:7-11), así debemos entrar en nuestra propia tienda de reunión y salir, habiéndonos encontrado con Dios con la cara descubierta. Permite que la verdad de la Biblia defina cómo debe ser el tiempo que pasas con Dios. Cuando pasamos tiempo a solas con Dios, el Espíritu Santo anhela guiarnos a encuentros directos, tangibles y transformadores con la gloria de Dios. La espiritualidad cristiana tiene que ver con la conexión directa con nuestro Padre celestial y no con la participación en prácticas religiosas simplemente porque sentimos que debemos hacerlo. La muerte de Cristo ha hecho que los encuentros cara a cara con Dios estén completamente disponibles para ti cuando y donde quieras. Entramos en nuestra tienda de reunión vestidos con Cristo, limpiados completamente de nuestro pecado por el poder de su sangre.

Y 2 Corintios 3:18 también deja en claro que cuando vemos la gloria de Dios, somos "transformados a su semejanza", la imagen de Jesús. Génesis 1:27 dice: Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó”. La intención de Dios siempre fue que nosotros lo representáramos bien. Cuando el pecado entró en la humanidad, esa imagen se distorsionó enormemente. Pero a través de la muerte de Jesús y los encuentros con nuestro Padre celestial, esa imagen se está restaurando. Ahora podemos ser reflejos de Dios a un mundo que está buscando desesperadamente una relación con su Creador. Ahora portamos la imagen de quien nos ha salvado y redimido.

Vivir un estilo de vida cara a cara es simplemente encontrarse con nuestro Padre celestial y vivir nuestras vidas como una respuesta a su amor por nosotros. Cada encuentro con Dios nos cambia y nos hace más como él. Cada vez que estamos en su presencia nos llena con su amor y nos equipa para amar a los demás. Vivir un estilo de vida cara a cara es experimentar la vida abundante que Jesús vino a traernos. Que puedas contemplar la gloria de tu Padre celestial y ser un reflejo de su amor a un mundo perdido y moribundo.

Pasa tiempo en oración practicando lo que 2 Corintios 3 describe: contemplar y ser transformado por la gloria de Dios.

 Guía de Oración: 

1. Medita en la disponibilidad para que te encuentres con Dios cara a cara.

“Pero, cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado”. 2 Corintios 3:16

2. Pide al Espíritu Santo que te guíe a la presencia tangible de tu Padre celestial. Pídele a Dios que te haga percibir su cercanía.

“‘Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón”. Jeremías 29:13

“Yo mismo iré contigo y te daré descanso”. Éxodo 33:14

3. Pasa tiempo en la presencia de Dios siendo transformado por su amor. Pide al Espíritu Santo que te haga más como Jesús. Pídele a Dios que se revele a sí mismo de una manera que te moldee y te forme a su semejanza. 

Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu”. 2 Corintios 3:18

“Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. Romanos 8:29

Qué increíble es nuestro Dios que hizo de la transformación un proceso tan accesible y agradable. Dejar de lado completamente nuestro pecado y vergüenza es difícil, pero la profundidad de la gracia, el amor y la relación que nos ofrece a cambio hace que todo valga la pena. Permite que Dios continúe sanando cualquier área de tu vida donde sientas quebrantamiento y vergüenza. Abre tu corazón a él completamente hoy con fe y permítele que cree en ti un nuevo fundamento en el que puedas vivir libre y sano.

Lectura Complementaria: 2 Corintios 3

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