Tema de la Semana: Justicia en Cristo
Vivir una vida sin el velo que nos separaba de Dios es la forma de experimentar la plenitud de lo que tenemos disponible en nuestra relación restaurada con él. Es un poderoso estilo de vida lleno de fe, de encuentros directos con nuestro Padre celestial y de transformaciones. Cuando vivimos nuestras vidas a la luz del perfecto sacrificio de Jesús comenzamos a experimentar todo lo que su muerte tenía el propósito de brindarnos. Dios anhela que sus hijos caminen en intimidad con él directamente conectados a su fuente de amor por nosotros. Que esta semana puedas experimentar una conexión más tangible, amorosa y poderosa con tu Padre celestial.
Nuestra justicia en Jesucristo
Pasaje Bíblico: “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios”. 2 Corintios 5:21
Devocional:
2 Corintios 5:14-21 describe uno de los resultados más poderosos del sacrificio de Jesús por nosotros en la cruz. La Biblia dice:
“El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado. Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: ‘En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios’. Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios”.
La muerte de Jesús en la cruz derrotó el poder del pecado y las tinieblas y nos liberó para caminar en la luz gloriosa de la justicia. Tú y yo hemos sido transformados por el poder de la muerte de Jesús. Él tomó todos los pecados que cometemos y soportó la totalidad de su pena. A través de la muerte de Jesús, tú y yo ahora somos libres de vivir como nuevas creaciones formadas a la imagen justa y santa de nuestro Padre celestial.
Cuando Dios rasgó el velo, demostró que nuestro pecado y nuestra depravación no podían contener su presencia por más tiempo. Miles de años de anhelo reprimido por una relación restaurada estallaron proclamando la naturaleza recién descubierta del pueblo de Dios que elegiría aceptar y seguir a Jesús.
No hay una manera más importante de terminar esta semana en la que buscamos una conexión mayor con nuestro Padre celestial, que aceptar nuestra nueva posición ante Dios. Aunque Jesús venció el poder del pecado en nuestras vidas, nuestro gran enemigo continúa tentándonos, mintiéndonos y robándonos la vida abundante que Dios quiere darnos. Sigue intentando robarle a Dios lo que él mismo se merece: una relación sin compromiso con sus hijos.
Satanás nos miente y nos dice que el pecado todavía hace que Dios se aleje de nosotros. Permitimos que la condenación que no es de Dios se introduzca y nos haga creer que nuestro Padre celestial no quiere estar con nosotros. Pero la verdad es que Dios siempre quiere estar con sus hijos. Dios corre hacia nosotros, nos llama su amado, nos envuelve con honor y su justicia, y nos guía a su glorioso abrazo.
Toma un tiempo y renueva tu mente con tu justicia en Jesús. Pídele al Espíritu una nueva revelación de tu libertad del pecado y permite que tus anhelos se satisfagan en Dios en lugar del mundo de hoy.
Guía de Oración:
1. Medita en tu nueva naturaleza que te fue dada en Cristo. Recibe una nueva perspectiva para ti y tu relación con Dios.
“Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios”. 2 Corintios 5:21
“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!”. 2 Corintios 5:17
2. Confiesa cualquier pecado o mentira que te haya impedido caminar en la plenitud de lo que está disponible para ti con tu Padre celestial.
“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”. 1 Juan 1:9
3. Pasa tiempo llevando tus anhelos ante Dios y pidiéndole que los satisfaga. ¿Qué deseo tienes dentro de ti? ¿Anhelas la intimidad, el propósito o la amistad? ¿Anhelas hacer un impacto o ser disfrutado? Ven ante Dios y pasa tiempo permitiéndole que te ame, te llene, te dé poder y te satisfaga.
¡Alabado sea Dios porque es un Padre amoroso que ama estar con sus hijos y satisfacer sus necesidades! Dios anhela que le traigamos todos nuestros problemas, inseguridades, pecados y vergüenza para que pueda cubrirlos y desbordarlos con su amor misericordioso. Que encuentres descanso, satisfacción y sanidad en los brazos de tu Padre celestial hoy.
Lectura Complementaria: 2 Corintios 5
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